Duncan's ID

Duncan a primera vista parece un joven del montón, quizás atractivo, pero nada (o casi nada) le diferencia entre su forma real y aquella que adopta en la tierra pues ambas formas son parecidas, por no decir idénticas. Duncan parece ser un joven de edad rozando los veinte años. De rasgos suaves, casi se podría decir que afeminados pues no existe marca que se pueda observar sobre su nívea piel que, si bien pálida, no llega al extremo de resultar enfermiza. Sus violáceos ojos destellan con peculiares motitas verdes, casi imperceptibles. Su cabello, pulcra-mente peinado tiene dos mechones más cortos como un peculiar flequillo, junto a otros dos más largos que cuelgan cerca de sus orejas. Además, su verdoso cabello sigue hacia atrás, amarrado en una trenza detrás de su espalda, la cual llega hasta más o menos su cintura. Por otro lado, aquellos cabellos demasiado cortos para poder juntarse a la trenza se quedan fuera, a manejo del aire y viento. Un demonio de apariencia frágil si bien las apariencias engañan. Alto (178) y peso liviano incluso en su forma humana (47 kg) cosa que aun no llegó a poder manejar. En cuanto a su vestimenta. Lo más usual es que Duncan vista indumentos de color blanco, verde, marrón o negro, llevando siempre con él una bufanda amarilla, la cual considera muy importante para él.

Spoiler:

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¿Realmente es necesario describir este sujeto? En pocas palabras Duncan es un chico que a primera vista parecería normal, dentro de lo que cabe de la normalidad, quizás más callado y poseedor de cierto aire misterioso. Al expresar enfado y alegría con la misma sutil, casi imperceptible cara sonriente, resulta complicado descubrir que hay detrás de su aparente faceta, pues es casi imposible notar de otra forma sus reales sentimientos a parte que el tono de voz, el cual tiende a cambiar, suavemente, pero cambia. La calma es aquella que suele persistir en él y hasta cierto punto es fácil engañar a los demás gracias a su neutralidad si bien no significa que no pueda percibir otros sentimientos ni demostrarlos, tan solo, que tiene a esconderlos o por el contrario, su ser no los demuestre.
Aun así Duncan puede ser un muchacho amable, cuidadoso y hasta cierto punto le agrada tomar su 'tranquila' apariencia para realizar bromas, o decir cosas que pongan en dificultad a los demás y nunca se esperen pronunciar por tal tipo de persona. Encuentra agrado y diversión en infundir el desconcierto en las personas y si bien intenta mantener su mirada neutral lo más posible, sus ojos a veces le traicionan y dejan entrever la diversión que siente.

Por desgracia, cuando la soledad es presente y nadie más a su alrededor para sacarle de sus pesares, una melancolía y tristeza es presente a su alrededor, o al menos, visibles en sus ojos, cosa que rápidamente cambia al notar cercanía ajena. Al no conocer nadie (o casi nadie) el pasado de Duncan, aquél deje de tristeza resulta hasta cierto punto sospechoso si bien palabra alguna acerca de su mal escapa de sus labios. Este demonio pues, se podría decir que se utiliza de su 'inocencia' para causar bromas, para luego desmentirse sin vergüenza alguna. Aun así, sus bromas no son más que pasatiempos para permanecer lejos de sus pensares. Se puede hacer hincapié en el tratamiento que ofrece a los demás, tratando a todos (menos a los Dioses) de la forma más directa posible. Para él pues no es gran diferencia, ni motivo por tratar de forma distinta, pues no considera necesario. Es así un demonio realmente directo con sus palabras, sin dar muchas vueltas a los asuntos, aunque sí a veces pronunciados con ironía o sarcasmo, en un tono bromista.

Duncan no es fácil de alterar, si bien bastante débil una vez que eso sucedió. Desea ser considerado y encontrar un sentimiento puro. Sí, incluso entre los demonios. No acepta ni soporta las mentiras o el manipularle a él o a sus seres queridos. Tampoco soporta la soberbia y no dudaría en bajar los aires de grandeza de quién sea, pues de la misma forma que tiene mucho a su apariencia, tampoco ama con tan recelo su vida como para mantenerse lejos de los problemas. Si se diera el caso que sus sentimientos perdieran el auto-control, cosa que constantemente está presente en el demonio, por conexión directa incluso sus poderes perderían su equilibrio y eso le convertiría en un peligro para él mismo y los demás. Siendo eso algo indeseado por Duncan, también es motivo por el cual mantenga sus reales sentimientos escondidos bajo llave.

Dotado de un gran saber por ser uno de los demonios más antiguos, conociendo a la perfección varias ciencias humanas como la química y otras doctrinas que a lo largo del tiempo fueron apareciendo. De igual forma, la misma historia de las demás razas le es conocida y su especialización le lleva a conocer y ser capaz de formar planificaciones y estrategias para guerras, aunque sean indeseadas para él. Además, si bien conoce varias cosas del mundo de los terrestres y aquellos que viven bajo mando de los dioses, no suele hacer uso de su sabiduría a menos que sea necesario, cosa en la que ayuda su parecer neutral y melancólico. De la misma forma, prefiere dejar pensar en las respuestas que darlas él, ayudando solo en la búsqueda, pues está convencido que al haber encontrado la solución por medios propios, será más apreciada que si él las de.

Su historia no es más que la percepción de un alma de la historia de otra. Cuando el dios creador dio forma a las entes etéreas de los '7 pecados' y tras que todos estos, aquél conocido como la Ira decidió poner en juego su plan, crear una herramienta para que siempre pudiera manipularla si la suerte diera el caso. Fue así que utilizando sus poderes, uno de los pecados creó un alma y extrajo parte de la propia para juntar a la nueva. Las memorias, los deseos y aquello que la 'Ira' había visto se vio inyectada a la nueva ente etérea que lentamente fue tomando forma. La Ira dio el nombre de Duncan a aquél ser que supuesta-mente significaría 'Guerrero Oscuro'. Aun así, el hermoso demonio conocido como uno de los pecados no tuvo mucho amor por aquél ser creado por él y con cierta amabilidad se lo ofreció a un ser muy importante para él, la unión que a ambos unía desconocida sigue hasta hoy día. Hell, nombre de aquél hermoso demonio que se hizo cargo de Duncan desde que la Ira se lo entregó no tuvo otro remedio más que cuidarlo, enseñarle todo aquello que sabía y dividir su ser a la esencia de su creador.

Hell demostró una paciencia superior a los propios ángeles quizás y con el pasar de los siglos y la personalidad que empezaba a florecer en Duncan lentamente el mayor comenzó a tomar cariño por el joven demonio, o al menos, eso había llegado a entender la creación de la Ira. Lo que jamás nade creyó, fue que de un momento a otro, tras que varios milenios pasaran, Hell fue quien tomó arma en mano y traicionó a los dioses, cortando aquél cariñoso lazo que se había formado con Duncan. Aun así, la creación de la Ira fue tomado por los hombres de Satán antes que pudiera seguir los ejemplos de aquél que se había convertido en algo más que simple amigo. Hell no tardó por ser atrapado también por las fuerzas del inframundo, siendo él el único que había decidido rebelarse. La suerte quizás deseó que ambos demonios, tanto Hell como Dancan se encontraran una vez más ante el gran Dios Satán. En cuando se le fue permitido hablar al mayor de los próximos condenados, este no pudo hacer más que demostrar su desprecio hacia Duncan: "¡Yo te cuidé! ¡Te enseñé! ¡Te alimenté y cuidé! ¿Crees que lo hice por Ira o porque te amaba? ¡Pobre ingenio muchacho, solo deseaba que en un momento como este tú dieses tú vida por mi" Las frías y desdeñosas palabras de Hell fueron pronunciadas como veneno mortal hacia aquél que había sido su pupilo, quien sentía real amor si entre demonios existe para ese Demonio. Si las palabras de Hell pudieron sorprender, aun mayor fue la sorpresa cuando la ira contenida, parte de la verdadera Ira, tomó forma en Duncan y el palacio tembló ante su poder. Hell intentó utilizar la ocasión para escapar, no sin antes levantar la espalada de un guardia contra el peli-verde y herirlo de gravedad.

Fue gracias al rápido intervenir de Satán que Hell fue encerrado y Duncan salvado. Al despertar el segundo, recuerdo alguno mantenía de lo sucedido en el castillo. En cuando a Hell, se le habían dicho a Duncan que había partido hacia un lugar muy lejano y que seguramente no volvería tan rápido. Habían borrado parte de los recuerdos del demonio, al menos, aquellos que suponían su traición. Por otro lado, la clara orden de no hablar acerca de Hell fue dada a toda Hela. Tras aquello, Duncan fue enviado a Francia, lugar donde se le fue encomendado vigilar a los seres humanos y, durante el año 1800, su corazón inocentemente fue robado por una hermosa y mortal ser humana, la cual, no conociendo los sentimientos de aquél que era su mayordomo -Habiendo adoptado ese trabajo para poder estar más cerca de Suzete- esta murió tras casarse y tener dos hijos. Duncan una vez más cargado de un horrible sentimiento volvió a Hela, prometiéndose a si mismo no volver a sucumbir bajo las bellezas terrestres.
Actualmente, Duncan además de ser uno de los Sabios del palacio, también realiza varios trabajos en el mundo humano, entre ellos, médico en un Instituto de seres humanos.